Rebane los mangos en tres partes, a fin de poder hacer rebanadas muy finas. Manténgalas en el refrigerador sin dejar que
se endurezcan para conservar la frescura de la fruta. Separe las yemas de las claras y guarde éstas en un recipiente para
hacer el merengue después de la receta. Vacíe las yemas en un recipiente profundo y agregue 250 gramos de azúcar y comience
a batirlas. Todo el secreto está en esta operación: batir duro el azúcar y las yemas para lograr una consistencia blanca y
cremosa. Después agregue el vino dulce y mezcle. Se vacía la mezcla al recipiente en baño María a fuego abierto y comience
a batir hasta lograr una crema bastante espesa. Una vez logrado el objetivo, llene las copas, ya listas en una charola, y
decore con las rebanadas de mango. Es una receta caliente. El sabayon caliente y las rebanadas de mango frescas. |