-3 litros de leche
-9 cucharadas soperas de arroz de grano redondo
-18 cucharadas rasas de azúcar
-Una rama de canela
-3 yemas de huevo
-Un trozo hermoso de mantequilla.
Mezclar los ingredientes, salvo la mantequilla y la yema, en una cazuela. Se mezclan todos los ingredientes en una cazuela,
salvo las yemas y la mantequilla y se arriman a un fuego muy suave hasta que surjan los primeros borboteos. Es importante
que el fuego sea siempre muy lento y tener en cuenta que hay que dar vueltas constantemente con una cuchara de madera para
que no se agarre al fondo.
Arrimarla a un fuego muy suave y darle vueltas para que no se pegue. Se debe mantener así unos 50 minutos, hasta que el arroz
se cueza totalmente y el almidón contenido en sus granos engorde el conjunto formando una crema con la leche ligeramente espesa.
Pasados unos 50 minutos, sacar la canela y retirar del fuego.
A continuación, se saca la astilla de canela, se retira del fuego y se deja reposar hasta que temple.
Templada la crema, se enriquece con la mantequilla y las yemas. Se añaden las yemas de huevo y el trozo de mantequilla, para
que enriquezcan el arroz. Se distribuye en pequeños boles o platos hondos y lo dejamos enfriar a temperatura ambiente antes
de comerlo. Si se mete en la nevera, es importante sacarlo con una hora de antelación para que el postre no esté muy frío.
Si se tiene pala quemadora, se puede espolvorear la superficie con una ligera capa de azúcar y caramelizarla, para que
quede una superficie tostada y crujiente. Este plato se puede acompañar también con buen helado cremoso de canela apoyado
en su cima, para conseguir el contraste de la crema helada y la suavidad del postre lácteo.
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