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Pasta filo (masa en láminas muy finas) 1 paquete - Si no se consigue puede usarse masa de hojaldre para postre
Agua 1 1/2 taza
Manteca 1 taza
Azúcar 1/3 taza
Pistachos trozados 2 tazas
Miel 1 taza
Canela 1 rama
Clavo de olor entero 1 1/2 cdas. soperas
Calentar el horno a 180 C. Derretir la manteca en una cacerolita, reservar un poco para engrasar un molde ancho. Colocar
inmediatamente tres o cuatro láminas de pasta filo en el molde. Espolvorear con los pistachos. Cubrir con otras 3 o 4 láminas
de filo y pintar con manteca derretida. Repetir la operación de la masa, nueces y mantequilla hasta conseguir varias capas.
La última capa debería ser de filo.
Cortar la masa en forma de rombos pequeños (como para cuatro bocados cada uno). Esto se consigue haciendo cortes diagonales.
Insertar un clavo de olor en la intersección de los rombos. Verter lo que quede de manteca por encima y meter al horno unos
tres cuartos de hora, hasta que la masa quede dorada.
Mientras, hervir en una cacerola el agua, la canela y el azúcar, removiendo sin cesar. Dejar a fuego lento unos 10 minutos.
Añadir la miel y cocinar a fuego lento otros dos minutos. Sacar la baklava del horno y regar con el líquido, eliminando previamente
los clavos de olor. Dejar enfriar antes de servir.
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