-1 melón
-1 puñado de hojas de menta
Partir el melón en dos, longitudinalmente. Quitar con ayuda de una cuchara sopera las semillas del interior y con ayuda de
un cuchillo afilado, retirar la cáscara. Tener la precaución de eliminar todas las partes blanquecinas de esta última, para
no dar a la sopa un tono amargo y desagradable.
Cortarlo en pedazos de tamaño medio, reservando unos cuantos cortados con más cuidado y de un tamaño más regular, para usarlos
como guarnición sumergiéndolos en la sopa fresca.
Limpiar la menta en abundante agua fría y escurrirla.
Juntar en un bol las hojas de menta y la pulpa de melón, salvo los tacos reservados como guarnición, e introducir el brazo
de una batidora, accionando la máxima potencia, durante treinta segundos. Colar la sopa y refrescarla en la nevera, pues ha
de servirse helada, bien fría.
Si quisiéramos servir la sopa como postre no tendremos más que añadir una cantidad razonable de almíbar o de azúcar. Si
observamos que la sopa queda muy espesa podremos añadir una pizca de agua, hasta que quede con una densidad agradable.
De todas formas si hacemos la sopa en plena temporada del melón, en verano, estarán lo suficientemente dulces y jugosos
como para que no sea necesaria la añadidura de ningún endulzante ni de almíbar o agua
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