-1 l. de leche de oveja
-Cuajo líquido
-Sal
Distribuir en el fondo de seis tarros de barro o porcelana dos o tres gotas de cuajo líquido.
Poner a hervir la leche con una pizca de sal, retirándola inmediatamente del fuego.
Ayudándonos de un termómetro, esperar hasta que la temperatura de la leche baje hasta los 37ºc aprox., momento en el cual
podremos meter el dedo sin riesgo a quemarnos (otra forma de comprobar la temperatura, si no disponemos de termómetro).Distribuir
la leche en los tarros escogidos.
Dejar cuajar a temperatura ambiente sin tocarlos hasta que pasen aprox. 15 minutos. Hay quienes una vez hervida la leche,
retiran la nata que se forma en la superficie y la distribuyen en cada tarro nada más vertida la leche. De esta forma disfrutaremos
de un postre mucho más rústico y rico en matices proporcionados por el sabor denso y meloso de esta capa de grasa. Si no se
van a comer inmediatamente cubrirlas con un papel filme e introducirlas en la nevera, no dejando pasar más de 2 días hasta
su consumo. Acompañarla con frutos secos tostados, avellanas, nueces y almendras.Se añade miel o azúcar poco a poco, desgajándola
con la cuchara y volviendo a azucarar según vamos llegando inevitablemente al fondo. En ningún caso es oportuno verter el
azúcar o la miel y revolver, recomendación extensible a otras preparaciones lácteas cuajadas como el yogur.
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