250 g de fresas
150 g de chocolate negro
150 g de chocolate blanco.
Lavar las fresas y secar completamente.
Trocear las dos tabletas de chocolate. Derretirlos por separado al baño maría y a fuego bajo.
Introducir la mitad de las frescas en el chocolate negro derretido. Colocar en una placa forrada con papel de aluminio
y dejar que se cuaje el chocolate.
Proceder de la misma forma con el chocolate blanco y con la otra mitad de las fresas.
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