2 discos de pionono de 22 cm de diámetro
2 cucharadas de gelatína en polvo sin sabor
3 cucharadas de agua fría
4 yemas
2/3 de taza y 3 cucharadas de azúcar
2 limones
4 claras
Crema chantillí hecha con 250 cc de crema y 3 cucharadas de azúcar
Frutillas, bien lavaditas y en tajadas 1/4 kg
Forre el fondo y costados de un molde de 22 cm desarmable, con papel manteca o film.
Coloque en el fondo uno de los discos de pionono. Reserve en la heladera
Para la mousse: remoje la gelatina en el agua fría. Reserve.
Ponga en una cacerolita las yemas y los 2/3 de taza de azúcar.
Bata hasta obtener una crema. Agregúele el jugo y ralladura de los dos limones.
Revuelva continuamente sobre el fuego hasta que espese, pero sin que llegue a hervir.
Retire y vuelque en un bol. Agregúele enseguida la gelatina remojada y mezcle hasta que ésta se disuelva. Coloque la mezcla
en la heladera hasta que comience a espesar (pero sin que llegue a solidificarse). Mientras...
Bata las claras a punto de nieve.
Agregúeles de a poco las 3 cucharadas de azúcar, mientras continúa batiendo hasta incorporarla toda. Reserve.
Retire la gelatina de limón de la heladera y bátala hasta que esté espumosa. Debe tener una consistencia similar a la
del merengue que hicimos anteriormente.
Mézclesela al merengue anterior y estacione el bol en la heladera hasta que la mezcla espese, sin que llegue a solidificarse.
Retire el molde que estacionó en la heladera y rellénelo con la mousse de limón espesada. Alise bien la superficie.
Tape la mousse con el disco restante de pionono, sin presionar.
Vuelva a colocar el molde en la heladera... ¡y aguántese hasta el día siguiente!
Al día siguiente desmolde la mousse directamente sobre la fuente donde la piensa servir y retírele cuidadosamente los
papeles adheridos.
Decórele la superficie con chantillí y cubra con las tajaditas de frutilla. Estaciónela en la heladera .
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