1 taza y 3/4 de azúcar
2 tazas de leche hirviendo
8 yemas batidas
sal, un poquitito así
250 g de crema de leche, batida espesa
1 cucharadita de esencia de vainilla
Praliné de nueces
Crema chantillí, a gusto
Virutas de chocolate, a gusto
Vierta el azúcar en una sartén y coloque ésta sobre fuego fuerte. En cuanto el azúcar comience a fundirse y transparentar,
mezcle con cuchara de madera, rápidamente, hasta fundirla totalmente.
Vierta enseguida sobre el caramelo la leche hirviendo y revuelva sobre fuego suave hasta que el caramelo se derrita.
Vierta esta leche "acaramelada" sobre las yemas batidas mientras mezcla rápidamente con batidor de alambre.
Agregue la sal.
Vuelva a colocar la mezcla en la sartén o en la cacerola y revuelva continuamente sobre el fuego hasta que espese, pero
sin que llegue a hervor.
Retire y enfríe revolviendo de vez en cuando para que no se forme "nata".
Bata la crema de leche hasta que espese y tenga la consistencia de la crema de caramelo.
Una la crema de leche con la crema de caramelo y perfume con la esencia.
Vuelque en un molde y congele a frío máximo. Una vez duro el helado trabájelo como siempre: córtelo en trocitos, procéselo
hasta convertirlo en puré... ¡ y otra vez al freezer!
Para servir: elija copas altas preenfriadas y rellénelas así: una capa de helado, una cucharada de praliné, otra capa
de helado, otra de praliné... hasta terminar con helado.
Decore cada una con un copo de chantillí y virutas de chocolate.
PRALINE DE NUECES
Enmanteque la zona de la mesada donde vertirá el praliné. • Vierta 1 taza de azúcar en una sartén y coloque
ésta sobre fuego fuerte hasta que comience a fundirse.
Mezcle rápidamente hasta convertir todo en un caramelo claro.
Únale 100g de nueces trituradas con el palote y vierta enseguida sobre la zona enmantecada de la mesada. (Si se olvida
de enmantecaria... ¡ni con el martillo eléctrico podrá despegar el praliné!...)
Deje enfriar bien.
Despegue el praliné, pártalo a martillazos... y luego triturelo con el palote hasta que parezca arena gruesa.
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