Lo que lleva la masa
ciruelas pasas tiernizadas y descarozadas UNA TAZA
agua hirviendo UNA TAZA
manteca, cortada en cubitos 200 GRAMOS
azúcar 300 GRAMOS
nueces trituradas UNA TAZA
huevos 2
harina leudante 3 TAZAS.
un molde tipo budín inglés, enmantecado y enharinado.
Lo que lleva el baño (optativo)
glasé real de una clara
agua caliente CANTIDAD NECESARIA
café instantáneo o cacao amargo UNA O 2 CUCHARADITAS.
Ponga las ciruelas en un bol junto con los trocitos de manteca. Agréguele el agua caliente y revuelva continuamente con cuchara
de madera, hasta que la manteca esté totalmente derretida. Le aclaro que la receta original indica cortar las ciruelas en
trocitos y dejar estacionar 2 horas o hasta el día siguiente. Pero como me gusta morder la ciruela entera, cambié la receta.
De ambas formas queda diez puntos.
Cuando la mezcla anterior esté fría, agréguele la taza de nueces trituradas con el palote y los 300 gramos de azúcar, más
los 2 huevos previamente batidos. Mezcle bien con batidor de alambre y, si notara que algún trocito de manteca rebelde quedó
aún sin derretir, aplástelo sin piedad hasta hacerle perder el identikit. Una vez hecha la mezcla... olvídese del batidor
de alambre y sígame al paso siguiente
Agregue al batido anterior la harina leudante, de una sola vez. Empuñe el batidor de alambre... ¡pero haga de cuenta que es
una cuchara! Mezcle la harina suavemente, aireando la preparación con el batidor, para que la harina se disperse bien y la
mezcla quede bien aireada. Trabaje con movimientos envolventes... ¡sin batir! De igual modo cuando con ella prepara una masa,
una rápidamente... ¡sin amasar!
Enmanteque y enharine bien la base y las paredes de un molde tipo budín inglés. Reserve hasta utilizar. Encienda el horno
al máximo y, a los 5 minutos, gradúelo en moderado. Vierta en el molde el pasticchio de ciruelas y póngalo en el estante central
del horno. Cocínelo aproximadamente 50 minutos. Compruebe la cocción clavándole una brochette, debe salir limpita. Retírelo
y desmolde sobre una rejilla.
Agregue al glasé real, de a poquito, agua caliente hasta obtener un baño brillante y espeso que corra por sí solo. Separe
media taza y tíñalo con el café o cacao. Vuelque el baño blanco sobre la torta y hágala girar para que se distribuya parejo
(no importa que chorree irregularmente). Antes que se seque, trace con el glasé oscuro líneas paralelas entre sí y espaciadas,
y arrástrelas con un palillo.
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